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¿Qué pasa si no dejo que mi hijo vea a su papá?

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Muchas relaciones de pareja terminan en separación y cuando hay hijos de por medio, las cosas pueden tornarse complicadas. Una de esas complicaciones es cuando mamá decide que no dejará a papá ver a los hijos que ambos tienen en común. En este artículo abordaré este tema desde una perspectiva psicológica.

Separación con hijos.

separación

No toda separación se da de forma caótica. Hay parejas que se divorcian o separan en paz. Pero, cuando ocurre todo lo contrario y empiezan a involucrar a los hijos, puede representar un factor de riesgo para su estabilidad emocional.

Linares (1996, 2006) desarrolla una tipología de familia basada en dos dimensiones entre las que se mueven los adultos: la parentalidad (relaciones con hijos) y conyugalidad (relaciones entre ellos). No voy a nombrar todos los tipos, solo uno en particular que es el que nos interesa con este tema:

Familia trianguladora:

«Aquella en que los padres, agobiados por sus conflictos de pareja, pero interesados en sus funciones parentales, arrastran a los hijos a participar en los problemas de los adultos. Ya sea para buscar aliados o mediadores, los padres implican a los hijos en sus trifulcas y luchas de poder. Toda triangulación debe verse como un maltrato aunque no muestre, en apariencia, las formas más difundidas habitualmente. Un caso extremo puede observarse en el «síndrome de alienación parental»». (Jarne y Arch, 2009).

Talarn A., Francesc S., Rigat A. (2013): Relaciones, Vivencias y Psicopatología. Las bases relacionales del sufrimiento mental excesivo.

Más adelante, este mismo autor (2006) describe la «triangulación manipuladora» (aunque todas las triangulaciones lo son):

«como una situación en la que los hijos son instigados a aliarse con uno de los progenitores o con los dos simultáneamente, mediante seducciones, amenazas y denigración de un progenitor (o ambos)».

Talarn A., Francesc S., Rigat A. (2013): Relaciones, Vivencias y Psicopatología. Las bases relacionales del sufrimiento mental excesivo.

Esta información me parece clave en el tema que estoy desarrollando. Arriba mencionaba el Síndrome de Alienación Parental. Este hace referencia a un conjunto de síntomas que experimentan los hijos cuando uno de sus padres intenta destruir la relación que tiene con su otro progenitor, mediante la manipulación o los bloqueos para verse.

Esto sucede más de lo que pensamos. Como estamos hablando específicamente aquí de mamá que impide a papá ver a su hijo (que puede ocurrir lo contrario también), me enfocaré en dar ejemplos relacionados. No hace falta que la madre le diga al hijo que su papá no lo quiere o que le hable mal de él para que se produzca la alienación parental. Basta con sutiles comentarios disfrazados de inocencia o acciones, por ejemplo: decirle que no puede comprarle algo que él quiere mucho porque su papá no les ha depositado dinero, organizar alguna actividad exactamente el mismo día que papá e hijo van a verse. Por supuesto que hay formas más directas: decirle que su papá lo abandonó y no lo quiere, que se fue con otra mujer, que tiene otra familia, entre otros.

Estas manipulaciones podrían despertar ansiedad en el niño o adolescente, depresión, un profundo rencor a su papá y un sentimiento de abandono que de no ser reconocidos y trabajados a tiempo, pueden influir en las relaciones que establezca con otros. Además es someterlo a elegir, a ponerse en un bando cuando claramente necesita de la presencia y afecto de sus dos figuras parentales. Por último, se le quita la posibilidad de que él genere una opinión personal sobre su papá y el vínculo que tienen desde su experiencia directa, no contaminada.

Casos especiales.

padre ausente

Existen casos especiales, donde mamá sabe que lo mejor es que los hijos estén fuera de contacto con papá. Por ejemplo, donde existen maltratos, negligencia y otro tipo de abusos. Lo mejor es poder llevar estos casos a la justicia en seguida y que se tomen las medidas pertinentes para proteger al niño o adolescente. Lo mismo con papás que, por decisión personal, están ausentes.

Fuera de los casos especiales, es importante recordar que la pareja se separa pero no se tienen que perder las funciones parentales. Los niños y adolescentes que ya han crecido con sus padres cerca, necesitan el contacto con ambos para que el divorcio sea más llevadero y no se produzca una ruptura tan fuerte en la normalidad que conocían.

Mamá, si sientes que necesitas ayuda profesional luego del divorcio, no dudes en buscarla. Tienes el derecho de sentirte bien y recuerda que esto ayuda también a tus hijos. Recuerda que también puedes involucrarte en un problema legal. Lo mejor es que si tú y tu ex pareja tienen problemas, busquen la forma de solucionarnos y darle prioridad al bienestar emocional de los hijos que comparten.

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Autora: Valeria Razzi
Psicóloga
FPV 12091

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