¿Alguna vez has pensando que te gustaría ir a terapia pero no terminas de dar el paso? Te aseguro que a muchas personas nos pasa (y digo «nos» porque los psicólogos también vamos a terapia. ¡En serio!) También hay otro grupo que siente que nunca tendría que ir, otro que le da miedo hablar de sus intimidades con un psicólogo o psicoterapeuta por miedo a ser juzgado. Hay de todo cuando de ir a terapia se trata.
La realidad es que tomar la decisión de asistir es lo mejor que puedes hacer, porque ir a terapia es un acto de amor propio. El escenario de terapia se tiende a percibir como un espacio donde vamos porque tenemos problemas y alguien nos dirá que sí es así. Es como cuando nos mandaban a la oficina del director en el colegio por «portarnos mal». Mientras lo sigamos viendo de esa manera, siempre iremos resignados y esperando el «castigo», pero la verdad es que tomar el paso de ir a terapia es algo que decidimos por nosotros y sea cual sea la razón, vamos por nosotros.
¿Cómo saber si la terapia es para mí?
La verdad es que cualquier persona puede asistir, no hay distinciones. Sin embargo, aquí te nombro ocho señales que podrían indicarte que es el momento:
- Porque te da curiosidad. Hay personas que van al psicólogo pero no saben el porqué, solo «sienten curiosidad», porque escucharon a un amigo decir que le va muy bien o porque ven cambios en alguien cercano. Usa la curiosidad como motor.
- Si sientes una tristeza profunda, irritabilidad, si has perdido el placer por las cosas que antes te encantaba hacer, si pensar en el futuro te causa mucho malestar, si sientes que constantemente «no puedes dejar de pensar en lo que va a ocurrir», si te sientes más reactivo, si tus reacciones emocionales se salen de control, si tus relaciones (cualesquiera) tienden a tornarse insanas.
- Si sientes que tienes una relación complicada con la comida, si sientes que para descargarte necesitas autolesionarte, provocarte dolor o provocarlo en otros.
- Esta es una razón muy importante: si eres terapeuta. Es importante que quienes van a trabajar con pacientes/consultantes/clientes tengan un proceso terapéutico personal. Te aseguro que esto te ayudará a ver tus casos con mayor humanidad y por supuesto, forma parte de tu autocuidado.
- Si sientes que necesitas un acompañamiento en un duelo que estás atravesando (sea del tipo que sea).
- Si te cuesta disfrutar tu adultez porque llevas en los hombros la carga de eventos traumáticos o desagradables que viviste en la infancia.
- Si cuando piensas en ti siempre te relaciones con una imagen negativa y te cuesta apreciar tus virtudes y fortalezas. Si no puedes salir adelante con tus proyectos por un profundo temor a la desaprobación o a equivocarte.
- Si has asistido a todos los médicos posibles por dolores corporales, malestares de estómago, dolores de cabeza constante, opresión en el pecho y todos los estudios están bien. También si alguno de estos especialistas te recomienda asistir a terapia psicológica.
Mi recomendación final es que te mantengas atento a estas señales y a otras que puedan sugerirte que es buena idea asistir con un psicólogo. Un buen terapeuta no te juzgará, así que puedes explayarte (dicho coloquialmente) en tu discurso y ser tú.
¿Te ha sido útil esta información? Te invito a dejar un comentario si gustas.
Autora: Valeria Razzi
Psicóloga
FPV 12091