San Valentín, un día de celebración para muchas personas alrededor del mundo, pero para otras es el recordatorio de que no tienen una pareja y esto trae consigo sentimientos de frustración, tristeza, soledad, impotencia, disgusto, preocupación. En fin, para muchos puede no ser una fecha muy agradable. Si este es tu caso, te invito a continuar leyendo.
Existen casos donde las personas están conscientes sobre las razones por las cuales no tienen ni desean una pareja. Por nombrar algunas: hay otras prioridades en su vida, como por ejemplo, el trabajo, acaban de salir de una relación y no están listos para establecerse en otra, en este momento no desean comprometerse con nadie, están atravesando situaciones complicadas y prefieren estar solos, están enfocados en la crianza de sus hijos o en pasar tiempo consigo mismos. Y hay otros casos en los que se anhela muchísimo estar en una relación de pareja, pero aun no ha llegado el momento y constantemente surgen las preguntas de: ¿por qué estoy solo?, ¿Qué hay de malo en mí? Este artículo está basado en este último grupo de personas.
Dando respuesta a la pregunta: ¿por qué no tengo pareja?
No te voy a mentir, esta pregunta es muy compleja de responder porque todos vivimos experiencias distintas. No hay una razón única ni este artículo pretende dar una respuesta como verdad absoluta o ser la sustitución de un proceso de psicoterapia que te puede acompañar a mirarte de cerca. Aquí quiero compartirte algunas consideraciones, esperando que puedan ser una invitación a reflexionar en esta pregunta que te haces sobre por qué no tienes pareja:
1. ¿Para qué quieres una pareja? ¿Cuáles son tus motivaciones para establecerte en una relación? Te invito, con estas preguntas, a reflexionar en lo que sientes: ¿sientes que te estás «quedando atrás»? ¿sientes que no estás completo? ¿no tener pareja te hace sentir que hay algo mal en ti? ¿sientes que tener una pareja te hará sentir más feliz?
Si bien estar en una relación sana y contar con una persona es positivo para nuestras vidas, es importante que ante la angustia de no tenerla, revises tus motivaciones. Podrías descubrir que has entrado en un juego de comparación con otras personas y desde este lugar conseguir una pareja se convierte en una meta y todos sabemos que las relaciones se construyen cada día y para eso hay que querer estar, no solo es tener una pareja como si se tratase de exhibir un trofeo porque fácilmente todo podría terminarse.
¿Qué te mueve? ¿La necesidad o el deseo? ¿Necesitas dejar de estar solo o deseas tener una pareja?
2. ¿En este momento de tu vida te sientes listo para tener una pareja? ¡Atención! No me refiero a listo de si tienes cualidades específicas, pues esto es una fantasía porque no hay que ser perfecto para entrar en una relación con alguien. No va por ahí la pregunta. Me refiero a si estás dispuesto a darle lugar en tu vida a una persona y a una relación que posiblemente altere algunos aspectos de tu rutina, alguien con quien negociar ciertas cosas, alguien que te invite a pensar y cuestionar aspectos de ti y tú de ella.
3. ¿Cuáles son tus expectativas? ¿Qué estás esperando de una pareja? Nadie es perfecto y a veces ponemos barreras muy altas y puede ser por dos razones: creemos que nadie es tan bueno para nosotros o es una forma de autosabotearnos porque realmente no queremos ninguna relación por distintos motivos: miedo al compromiso, temor a la intimidad (no exclusivamente al sexo, sino al hecho de abrir tus sentimientos a otra persona), miedo al abandono, entre otros. Maneja tus expectativas desde la realidad y sé sincero contigo.
4. Aspectos para sanar. Relaciones pasadas tormentosas, aspectos personales que te impiden relacionarte de forma sana con otros, heridas profundas derivadas de experiencias pasadas o presentes. Como mencioné arriba, no se trata de ser perfecto porque esto es imposible, pero hay veces que nos encontramos con que hay mucho que sanar y no estamos listos para sostener una relación de pareja desde lo sano y la responsabilidad afectiva. Esto no significa que tienes algo malo, sino que en este momento necesitas enfocarte en ti y ojo, no con el fin único de estar disponible para otros, sino por tu bienestar. Lo demás es añadido.
5. Déficit en habilidades sociales. Dificultad para entablar o seguir conversaciones, ser poco asertivo al expresarte, no saber escuchar son algunos ejemplos de déficit en habilidades sociales que pueden interferir con tu deseo de relacionarte y pueden deberse a distintos factores. Si te sientes identificado, te invito a buscar apoyo psicoterapéutico.
6. Tiempo de estar contigo. En este momento necesitas aprender a estar contigo primero. A veces se vuelve tan frustrante estar con nosotros mismos que intentamos llenar ese espacio a toda costa. ¿Por qué puede ser angustiante estar a solas contigo? Porque no te agrada como eres, porque eso significaría escuchar más atentamente los pensamientos negativos que tienes sobre ti, entre otros. Antes de poder estar con otro a plenitud, es bueno que puedas disfrutar de estar contigo.
7. Tipos de personas que estás dejando entrar a tu vida. Si regularmente te quejas del tipo de personas que llegan a tu vida y todas responden a un mismo patrón, es momento de que te preguntes qué tipo de personas estás dejando entrar a tu vida y las razones. En definitiva este es un tema para psicoterapia porque requiere un acompañamiento y análisis más profundo y este artículo, aunque detallado, no podrá dar respuesta a esta pegunta. Ojo, no quiere decir que si te lastiman es tu culpa porque no hablo de culpas, sino de revisar qué te mantiene dentro de ciertas dinámicas relacionales que al final terminan causándote daño.
Quiero terminar esta parte diciéndote que eres merecedor de una relación sana y que también tienes la responsabilidad de tratar bien a la persona con la que estés. San Valentín es una fecha más en el calendario y no un mandato para conseguir pareja.
Para redactar este artículo intenté ser lo más cuidadosa posible, pues no me gusta emitir juicios de valor y menos cuando se trata de algo tan complejo como el amor. Espero haberme expresado con empatía y que estas consideraciones te hayan invitado a reflexionar.
Te invito a comentar y también a compartir con tus amigos. Recuerda que si deseas iniciar un proceso de psicoterapia en modalidad virtual, puedes contactarme aquí.
Autora: Valeria Razzi
Psicóloga, M.A.
FPV: 12091