Dicen que no todos los cambios son malos y yo estoy de acuerdo, pero sin duda todos los cambios nos cambian y a veces no es tan sencillo lidiar con la ola de emociones y pensamientos que enfrentamos en medio de una transición. Decidí escribir este artículo para compartir contigo información y herramientas útiles para afrontar los cambios de tu vida. ¡Allá vamos!
Cuando lees la palabra cambio, ¿qué es lo primero que te llega al pensamiento? ¿cuáles sensaciones y emociones asocias con este concepto? ¿cuáles cambios significativos recuerdas que tuviste que atravesar? Nuestras experiencias previas, el concepto de cambio y todas las emociones que asociemos a él son informacions útiles que pueden servirnos como recursos o como obstáculos. Aunque, también es importante resaltar que muchas veces enfrentarás cambios totalmente nuevos y te tocará generar nuevas estrategias.
Y es que precisamente…no todos los cambios se viven y sienten igual. De hecho, una misma situación puede ser experimentada de manera muy distinta por varias personas porque todos están asimilándola desde sus lugares: cosmovisión, experiencia, recursos, personalidad. Este es el primer punto a tener en cuenta: ¿cómo estás percibiendo este cambio? ¿qué estás sintiendo? ¿cuáles recursos tienes para afrontarlo? (incluyendo la red de apoyo). La experiencia de otras personas puede ser útil para ampliar tu perspectiva, pero si te mueves desde el espacio de la comparación, terminas creyendo que tú estás mal y los demás bien. Y honestamente, ¿para qué te sirve, en el proceso de afrontarmiento y adaptación, esta comparación?
Tanto la razón como la emoción son necesarias en momentos de cambio y transición. No tienes que enemistarlas. La razón te permite trazar planes y poner en marcha recursos, la emoción te indica qué necesitas en el momento: hablar con algún amigo, estar a solas para relajarte, escribir, descansar, continuar. Sin duda, ambas tienen mucho para aportar en estos momentos.
Tener presente la magnitud del cambio es clave. Puede ser que inicies en un nuevo trabajo porque así lo decidiste o puede ser que una persona que amas, muera. ¿Me sigues? Ambos son cambios, pero para cada uno necesitarás estrategias de afrontamiento distintas porque no causan el mismo impacto en ti. Situaciones que causan un gran impacto emocional en ti y alteran todas tus rutinas, necesitarán más tiempo para asimilarse y para esto tendrás que ser más paciente y amable contigo y evitar juzgarte.
Otro aspecto que tendrás que tener presente es el reconocimiento. Reconocer que hay un cambio es lo que te va a permitir poner en marcha tus estrategias de afrontamiento. Evitar enfrentar una realidad no la desaparece y eso solo hace que la adaptación resulte más difícil y dolorosa.
¿Y qué hay con la flexibilidad? ¡Mucho! De esto hace falta un montón cuando estás atravesando estos momentos. Pero, mi recomendación es que no esperes el cambio para intentar ser flexible porque se te hará muy difícil. Intenta practicar la flexibilidad esporádicamente, haciendo pequeñas modificaciones a tus rutinas, tomando decisiones distintas o haciendo algo nuevo. No tienes que actuar como si estuvieras huyéndole a la rutina tampoco, porque esta también es necesaria, solo hacer pequeños ajustes. Y recuerda, cuando un cambio causa un impacto emocional muy profundo en ti, aferrarse a lo conocido y dejar de lado la flexibilidad es natural. Por eso hablamos de transición y adaptación. Porque son procesos y no ocurren de forma instantánea.
No olvides contar con tu red de apoyo en estos momentos y si sientes que necesitas un acompañamiento especializado, puedes hacer una cita con un psicoterapeuta. Estoy para acompañarte en modalidad virtual.
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Autora: Valeria Razzi
Especialidad en Psicoterapia Breve Dinámica
Máster en Arteterapia y Terapias Psicoexpresivas
Máster en Psicología Infantil y Juvenil
Licenciada en Psicología – Mención Clínica
FPV: 12091